martes, 17 de noviembre de 2009

p.e.s.a.d.i.l.l.a.s y t.ú.

- Anoche sentí que me hundía.

- ¿Que te hundías?

- Sí... no fui capaz de moverme por unos minutos y todo parecía elevarse, avanzar... pero yo permanecía inmóvil, quieta, asustada, a la espera...

- ¿Qué esperabas?

- Quizás te esperaba a ti... para que me ayudases a iniciar el vuelo... quizás solo necesitaba saber que seguirías estando allí... que te encontraría... no sé... tenía miedo a moverme por si eso significaba alejarme un poco más de ti... creo que tengo miedo a elevarme si no te elevas conmigo.

lunes, 16 de noviembre de 2009

domingo de tormenta

Creo que desde hace tiempo nos debíamos una tregua y no dejaba de ser domingo -odio los domingos- y el día amenazaba tormenta y mi casa estaba oscura, silenciosa... a si que no me preguntes porqué me decidí a coger el coche y plantarme en tu casa.

La expresión de sorpresa y desconcierto que ofrecía tu cara era directamente proporcional a la cantidad de lluvia recogida por cada mechón de mi pelo. Instantes después ya estaba en tu salón, con una taza de té entre las manos y un gesto cómplice que me ofrecía una toalla para hacer lo propio con mi pelo.

Era una sensación extraña, pero por momentos me sentía más viva que nunca y por tu gesto notaba que algo similar estaba ocurriendo dentro de ti....

La tormenta debía estar encima nuestro... cada vez que aparecía un rayo, me disponía a contar los segundos que lo separaban del trueno y aplicando una simple ecuación matemática me hacía una leve idea de la distancia que nos separaba de la tormenta; y ahora, en ese instante, la distancia era demasiado pequeña.

Debió ser la tormenta, sí; ese acúmulo de fuerzas, de energía, que hacíamos nuestro a cada instante... y nos encontramos rebosantes de energía, cada átomo que componía cada molécula de nuestro organismo se cargaba de energía de tal manera que ni el neutrón, partícula neutra sin carga, era capaz de sentirse vacía en aquel instante, en aquella casa, tu casa...

Entonces no permitimos que toda esa energía, sigiuendo las leyes de la física, se perdiese ni se destruyese... no... la transformamos en besos, caricias, suspiros... en fuerza cinética generada por dos cuerpos en movimiento sobre los que ejercía el único desgaste que proporcionaba la fuerza de rozamiento entre ellos.

De repente no pude apartar mi mirada de esa enorme ventana de cristal blindado, mis párpados seguían las gotas que resbalaban unas detrás de otras para llegar a fundirse en el marco del gran mirador...

Entonces ví un rayo... "uno, dos, tres, cuatro, cinco, seis, siete, ocho, nueve..."

- ¿Qué cuentas?
- Nada, trato de calcular la distancia... la tormenta nos ha abandonado, ya está muy lejos...
- Tú y tus teorías físicas
- Sí...
- ¿Sabes? Te sienta bien la tormenta


sábado, 7 de noviembre de 2009

veintitrés

Hace 23 años a mis padres les tocó la lotería, sí, ese día cambió para siempre sus vidas y dejaron de ser número par para empezar a ser impares, el mínimo común denominador, el número 1, formaron un proyecto común enorme, que dura 23 años después...

Ese proyecto fue aumentando en número, siempre siendo impar, por cierto, y la primera ampliación de dicho proyecto tiene una gran base formada por una gran inteligencia, buen sentido del humor, ciertas dosis de mala hostia perfectamente combinadas con una mínima capacidad de paciencia... sí... es una mezcla original, auténtica le gusta decir a él, pero oye, a mí me gusta :)

Pues sí, hoy el señor que más me ha aguantado durante 21 años y 10 meses, sopla velas y contesta a miles de llamadas telefónicas, de esas que él odia...

Sin más... felicitats LC.


lunes, 2 de noviembre de 2009

La muerte de Joe

- ¿Qué le ha pasado a Joe? ¿Qué es toda esa sangre?

- Joder... sabías que tarde o temprano pasaría, ¿no? Sabes que lo odiaba a él y a todos los de su especie... intenté cogerle cariño pero fue imposible, no soportaba que me rozase las piernas con su lomo peludo, odiaba su ritmo respiratorio sobretodo cuando me metía en la cama e intentaba dormir, no aguantaba su olor y mucho menos que te lamiese la mano y que después tú me tocases con restos de sus fluidos... no soportaba que ladrase cuando intentábamos hacer el amor...

- ¿Pero estás loca o qué cojones te pasa?

- ¿Loca? Subía con las bolsas de la compra y me ha ladrado, con rabia, lo noté en sus ojos... era una lucha cuerpo a cuerpo, o él o yo...solo podía quedar uno... y el cuchillo estaba tan cerca...

- Dios mio... no puedo creer nada de lo que está pasando.

- ¿Qué es tan difícil de entender? ¿ A caso no comprendes que lo maté porque te quiero?