viernes, 31 de diciembre de 2010

dos.mil.diez

Estoy lista. Podemos dar otra vuelta al círculo, empezar de cero, una nueva secuencia como otras tantas, perfectamente compuesta por pedacitos de 12. Estoy lista pero tengo miedo, no quiero dejar todo esto aquí, no quiero dejarlo marchar, no sé si me entiendes... Fuimos valientes, fuimos sobresalientes, fuimos héroes, fuimos amantes con corazones ardientes, fuimos más fuertes que cualquier luchador de sumo al que te puedas enfrentar, pero también fuimos débiles, fuimos breves, fuimos escenario de pasiones, de olvidos y de dolores como lo son las operaciones a corazón abierto, como cuando te descubres encontrándote contigo mismo... Hemos estado en manos de todos y en manos de nadie, hemos estado en el límite del precipicio, yo resbalé, estuve a punto de tocar el fondo con la uña del dedo meñique del pie izquierdo, suerte que tuve una buena red de resistencia para amortiguar el golpe. Eso me hizo coger ventaja y ponerme a la cabeza del pelotón en la carrera, como el buen corredor de fondo, también estuve acompañada por la soledad... la soledad del corredor de fondo... mi soledad, tu soledad, nuestra soledad... no hay mayor soledad que la soledad compartida... Tengo miedo a dejar todo esto, tengo miedo de las despedidas, supongo... miedo, de volver, volver a empezar la secuencia, volver a empezar, volver a volver...

lunes, 27 de diciembre de 2010

primer principio de la termodinámica y tú

Tus lágrimas nunca cristalizan, no creo que sea por culpa de la sal o el frío; el caso es que tú nunca lloras, ni siquiera cuando te quitas o te pones las lentillas.

Mírame, te acabo de dar una de las noticias más tristes que podrías haber escuchado estos días, y permaneces ahí, tumbado en tu cama, con un cómic entre las manos y una mueca impasible, como si el tiempo no pasase por ti, como si tus ojos no mirasen, como si tu corazón no sintiese, como si no pudieses procesar... falta de procesos cognitivo-motores a la altura de tu pecho.

¿Qué pasa ahí dentro? Te pregunto, dime al menos que estás bien...

Mueca congelada, equilibrio perfecto de partículas y conexiones neuronales infinitas, sinapsis continua en tu interior, ni siquiera tus labios se arquean para dar lugar a una fugaz mueca de tristeza o miedo, o al menos, cualquier emoción diferente a la de indiferencia.

Entonces fue cuando comprendí porqué no tenías lágrimas, careces de ese impulso que premite a la gente expresar lo que siente, expulsarlo. No eres capa de expresar nada, ni con palabras ni con gestos, falta de comunicación afectiva intencional e in.intencional a la altura de tu tronco y rostro, acumulación explosiva en el interior, si no abres la puerta pronto corres el peligro de ahogarte en tus propias ideas, pensamiento, fluidos...

Me acerco y te beso, entonces empiezo a notar tus labios salados; hemos encontrado el medio de descompresión... ahora busco un punto inerte entre tu cuerpo y tu emocionalidad para conseguir el equilibrio perfecto que me mantenga unida a ti por más tiempo, permitiendo que no te ahogues tú por dentro, ni me ahogue yo, aquí fuera, fuera de ti mientras nado hasta tu interior y consigo al final el equilibrio de presiones externa e interna...

lunes, 20 de diciembre de 2010

frio.polar

Me gusta el frío
y el traqueteo que desemboca en los dientes, que tiemblan en los límites de la teoría buscando energía cinética que se transforme en energía calórica... sí, en calor...

Suerte, que no están dislocados los huesos,
porque ellos también iniciarían ese baile por culpa del hielo que los arropa...

jueves, 16 de diciembre de 2010

regalo

Tu pelo aún conservaba restos de sal del mar. Me dijiste que era mi regalo: "cierra los ojos, ven".

Hacía tiempo que no te sentía tan cerca. El abrazo fue de esos mínimos en distancia, costaba respirar pero la sensación era agradable...

Me tocabas el pelo, yo odio que me toquen el pelo, pero tú siempre tuviste licencia para hacerlo. Mis dedos se enredaban en tu pelo, la nariz cerca de tu cuello, "hueles a verano" te dije... tú sonreías y me apretabas junto a ti, "es un regalo, te he traído un pedacito de mar, para que puedas nadar y no te ahogues"...

En ese momento empecé a desbordarme por culpa de las mareas internas. Mi cuerpo reaccionaba con forma de espasmos, tú, me abrazabas más fuerte...

No recuerdo cuánto tiempo permanecimos así, pero estaba lloviendo... lo recuerdo porque tu rostro comenzó a empaparse y tus labios sabían a sal.

"Este es tu regalo" repetías una y otra vez...

Subió tanto la marea, que tuvimos que construir un dique, demasiado frágil, pensé; efímero, quizás... "Si me sueltas ahora creo que voy a empezar a hundirme" te decía bajito, como el que le dice al otro que no se aleje nunca más, que no le deje solo en medio de tanta agua... que le necesita, en definitiva...

"Este es tu regalo, solo para ti,
solo
para
ti..."

sábado, 11 de diciembre de 2010

(...) Te has convertido en uno de mis pasatiempos preferidos en los últimos tiempos... "los tiempos han cambiado", eso dicen en la radio. Cariño, nuestro tiempo no nos cambia, porque ya nos cambió el pasado, créeme, esto ahora ya no es historia, esto es presente, esto es velocidad, es vértigo, es vida... sólo nos queda vivirla, ¿no lo crees?

Te salvaré de la soledad mientras me salvo a mí misma de toda esta espiral de autodestrucción que me ha tenido tanto tiempo atada a pies y manos...

Te salvaré, en definitiva, para salvarme a mí misma. (...)

viernes, 10 de diciembre de 2010

carácter implosivo

- Eres un egoísta.

- ¿Quién coño te crees para llamarme así? Y mírame a la cara cuando me hables, cobarde...

- Es gracioso que tú hables de cobardes, realmente gracioso, ¿no lo crees?. Y no, no me da la gana mirarte a la cara. Si lo hiciese sólo sería para vomitarte en la boca, echarte toda la mierda que estuve tragando por ti, porque en el fondo te pertenece, ¿no es así?.

- Eres mala persona

- ¿Te crees original por soltarme esa mierda de frase?¿Tú qué clase de persona crees que eres para etiquetarme y meterme en uno u otro saco? Explícamelo...

- Yo soy buena persona, al menos la gente no me odia.

-No, la gente no te odia, pero eso tampoco quiere decir que te respeten o te quieran. Mírate, en realidad no tienes a nadie ahí, estás solo mientras te rodeas de mucha gente, pero estás completamente solo. Me tuviste a mi y las tuviste a ellas pero las perdiste, y digo bien, las perdisTE porque fuiste tú el responsable.

- ¿Intentas hacerme sentir culpable?

- No, yo no manejo el concepto de culpa, eso lo dejo para tus amigos, los putos curas. Estás solo y más perdido que nunca. Lo peor de todo es que te he acercado el flotador demasiadas veces para que no te ahogases y lo has rechazado una vez tras otra. Ya me he cansado, es más, ahora me divertiría mirar cómo se acaban tus fuerzas, cómo lloras por salir a flote, cómo haces por impedir ahogarte, desaparecer, morir...

- Eres realmente cruel, ¿por qué me dices todo esto? Te gusta hacerme daño, como a los demás... siempre haces daño a la gente.

- ¿Te sigues creyendo original por soltarme esas frases?

miércoles, 8 de diciembre de 2010

diciembre

Confundo el invierno con la primavera;
no me había ocurrido nada semejante hasta ahora.

Si leo entre líneas siempre aparece un nuevo fruto germinando entre tus versos.

El frío y el silencio ya no existen, no entiendo el concepto de Navidad; y la nieve, como yo, no soporta esta estación, por eso se derrite, desaparece, se extingue...

El frío no llega a los huesos, o quizás yo no lo noto porque están entumecidos... solo funciona el órgano encargado de bombear sangre,
circuito cerrado,
espiral incesante de nutrientes,
de vida,
de calor.

El problema está arriba,
demasiada irrigación,
demasiados cómputos,
ideas,
formulaciones y reformulaciones...

Este contínuo me lleva a la parálisis racional, bloqueo cerebral... pero sigue o sigo bombeando sangre, nutrientes, calor... sobrevivo a base de emociones.

No entiendo el invierno
y mucho menos el frío
aquí
y
ahora.