domingo, 9 de enero de 2011

segundo asalto

¿Y si en lugar de querernos tanto probamos a querernos bien?

jueves, 6 de enero de 2011

fragmentos de tiempo detenido

No sabes qué es llenar una ciudad fría de calor, tú no lo sabes porque nunca lo has tenido... Las calles aquí suelen ser frías y ocres, pero a ratos parece que cambian de color; y las bocanadas de aire que digieren mis pulmones no son lo suficientemente gélidas para conseguir callarme, para interrumpir la risa y, en ocasiones, tampoco el llanto.

Hay gente que llora con la garganta, cuando canta; otra llora cuando ríe. Tus ojos lloran cuando ríes a carcajadas... Yo me empapo por dentro de todas las pequeñas emociones que se transmiten por las corrientes de aire en los meses de invierno, aquí y ahora.

Salgo de mi invierno perpetuo, lo noto. Lo noto, lo hago lentamente, pero estoy saliendo. Ya no soy de piedra. "las piedras son para la playa", me repites bajito... "y si sigues así no te podremos volver a llevar, porque no queremos que te confundas con el fondo del mar y te vuelvas a perder en verano por culpa del sol, el calor y las mareas internas...

Hemos perdido todas las fotografías desde el 2006... hemos perdido instantes congelados, no son más que fragmentos de tiempo detenido, de tiempo definitivamente perdido y a la vez devastadoramente enriquecido con nuevas experiencias; nuevos momentos capaces de influir en los anteriores y modificarlos. Entran en juego las emociones, los sentimientos, el sonido de tu risa plasmada en el papel, el silencio de los besos que nunca sucedieron, el ritmo de tu corazón latiendo rápidamente por culpa del frío...

Todas esas imágenes no las podremos recuperar jamás, en eso estás en lo cierto, pero los recuerdos que las componen siempre permanecen...

Recuerdos de imágenes transitadas, de finales inventados... pueden servir para atisbar un destino colectivo, solo nuestro, y dentro de un tiempo volver a cerrar los ojos y mirar las nuevas fotografías y contarlo; pensar que sucedió y con unas palabras convertirlo en algo grandioso, siempre acompañado de un triste consuelo lleno de nuevas experiencias y descuentos de segundos que merman nuestro tiempo...

Y de fondo, el sonido de los besos que ahora sí suceden, el silencio de las sonrisas adornadas con dientes... El calor de los sentidos y el tiempo que se aleja mientras nosotros nos mantenemos más lejos que nunca, más cerca que antes... rozando límites, como siempre.