viernes, 15 de agosto de 2008

catorce y quince de agosto

Basta un poco de melancolía… desequilibrio interno, trepidante nerviosismo que aflora en la boca del estómago, ahí donde se aposenta la tostada del desayuno que hace horas compartimos…
Y basta una mezcla de esos elementos para ponerme a teclear frente a las 17 pulgadas que inundan mi mirada…tratando de aclarar algo, o quizás solo teclear…que ese sonido siempre me relajó...


De fondo, unos versos cantados de manera susurrante, para no originar un nuevo cambio interno que devuelva a las rodillas el desequilibrio y me hagan caer…

Ayer pensaba que el verano se había extinguido…se nos había escapado de las manos y no habíamos sabido aprovecharlo… y no hay sensación que más odie que esa… el no saber aprovechar lo que se tiene, muchas veces por no saberlo valorar…

Ayer también pensaba que todo era un poco gris… maldita nostalgia y melancolía momentánea que hacen que las lentillas pierdan su graduación perfectamente medida, para ver todo desde una distinta perspectiva…todo nublado, nada claro… y de repente una voz me dice desde la izquierda: eres una pesimista

Y ahora no es cuestión de ser pesimista…pero ayer había muchas nubes en el cielo, y todo parecía grís…puede que fuese de unas tonalidades menor que las que percibía mi mirada…pero era gris…


Y a veces la realidad es cruel…como lo son los ojos…

-aún así eres una pesimista…
-¿y qué quieres que haga? Si yo siempre he sido así…
-deberías aprender un poco de mí, que yo te voy a enseñar, ya verás…
-¿Entonces tengo que aprender todo eso ahora?

-me paso por tu casa en un rato y empezamos las clases

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