Es difícil, siempre resulta realmente difícil acabar con una dependencia sea del tipo que sea, y especialmente, con una dependencia emocional...como cuando tras varias noches durmiendo entre tus brazos, tengo que pelearme con el enorme espacio hoy desnudo que rodea mi cuerpo aletargado a lo largo de nuestra cama...
Como cuando te acostumbras a un olor, a su olor, y una vez que aparece supone infinitas posibilidades y oportunidades de ser feliz por un instante.
Y si, tras un tiempo pensé que había superado nuestra dependencia emocional, pero no podemos engañarnos, lo nuestro siempre fue un tira y afloja bastante mal definido...
Mi racionalidad se ha vuelto a quedar escondida en aquellos pantalones marrones que tanto te gustaban y hace tiempo que no uso.
Me duele pensar que estoy a punto de volver a descender por aquella pendiente que culmina en tu espalda, en la que hace tiempo dibujaba el mundo con mis manos; y hoy, ha crecido tanto, y mis manos han encogido de tal manera que todo me ha desbordado...
Ya no hay mar, ni playa, ni sol, ni tu olor, hoy mis labios no saben a sal y los cuentos a la hora de dormir desaparecieron como por arte de magia...
Sí, todo aquello parecía aletargado en algún lugar de mi memoria, de esa memoria a largo plazo... recuerdos disfrazados de olvido que se activaron con cualquier pista semántica que apareció entre líneas y hoy de nuevo, lucho contra mi misma...
Sorry, I swore I'd never fall again...
martes, 14 de abril de 2009
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario