viernes, 4 de septiembre de 2009

Lejía y Tú

He tenido que acabar con las partes de ti que quedaban entre mis cosas... eres temiblemente sutil cada vez que apareces, algo ilógico e inesperadamente sorprendente... Ante esto solo tuve una opción e intenté acabar contigo de una forma sencilla... un litro de lejía y un cubo en el que iba metiendo con gestos de dolor, tristeza e impotencia cada una de las prendas que tuvo contacto directo con tu piel...

La lejía come parte de los tejidos, el color, los aromas... los deja de nuevo blancos, inmaculados, listos para una nueva violación de intimidad... cada vez que sumergía mi mano en el cubo una lágrima se unía a tal mezcla acuosa para dejar paso a un suspiro ahogado en ganas de desaparecer...

Las manos empezaban a enrojecer con cierto dolor en forma de escozor... entonces intuí que era suficiente, ya podía tender la ropa al sol, empezar de cero...

Nunca fue sencillo sacarte de aquí dentro...

Al día siguiente, buscando algo de abrigo encontré entre mis cosas tu bufanda, otra vez estabas por aquí...

No hay comentarios: