lunes, 8 de diciembre de 2008

... calOr en tus pies...

Cuando conseguí despegarme de tu colchón, las plantas de mis pies percibieron el frío de afuera, un frío que se colaba entre pieza y pieza que componen el puzzle; un puzzle que significa tu pasillo, tu habitación y el resto de tu casa en forma de parquet...

Aligeré el paso hasta llegar a la última habitación a la izquierda y me subí a tus pies, acomodé mi cabeza en tu pecho y el calor vino solo, de nuevo... y era una sensación agradable, reconfortante e incluso me atrevería a definir que en este punto ya se ha convertido en "hogareña"...

Ahora que caminamos a la vez, que empujas las plantas de mis pies hacia tus rodillas con la fuerza del empeine, protegiéndome así del suelo helador; ahora, no soy capaz de adivinar hacia dónde nos dirigimos... mis ojos siguen clavados en tu pecho,pero percibo el movimiento... y eso me gusta... me gusta que nos movamos, ¿hacia dónde?; eso no importa, ahora ya no tengo frío...

No hay comentarios: