lunes, 22 de diciembre de 2008

nuevo colchón de invierno

El frío de la noche hacía rato que se había desvanecido y el nuevo 2x2 no era lo suficientemente grande como para conseguir separar la respiración acompasada de las risas, de nuestras risas...

Tú me dedicas ese gesto de preocupación justificando tu mieca mientras te quejas porque las sábanas se han quedado pequeñas, ahora no son capaces de cubrir perfectametne las nuevas dimensiones de tu cama; temes acabar durmiendo sobre un colchón desnudo, dejando vía libre a los ácaros para que se acomoden en tu vello y que eso consiga hacerte estornudar. Siempre tuviste alergia y ahora eso te preocupa más que cualquier otra cosa.

Yo te miro y contemplo desde el epicentro de tu nuevo reino. Pondremos solución a tus temores, te prometo que mañana recorreremos las calles del centro en busca de un nuevo vestido para tu colchón, también nuevo, por cierto. Te sugiero el color rojo, siemrpe te gustó ese color, además se ajusta a la armonía de ese espacio propio que se encuentra al final del pasillo en forma de L. Tú, prefieres el color negro, para buscar una nueva oscuridad, una nueva intimidad entre nosotros en el nuevo reino...

Este nuevo reino me gusta, me gusta de tal manera que la ilusión me ha cegado y no soy capaz de emitir las coordenadas que me sitúan en el epicentro de este plano ortogonal que dibujas y desdibujas a tu antojo, mientras cuentas los lunares de mi espalda...

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