viernes, 27 de marzo de 2009

espejismos

Ya no hay nada que corretee de un lado a otro de las paredes estomacales, y los ojos brillan, esta vez no de ilusión ni de esperanza o de alegría… tampoco es alergia pero siempre fue una buena excusa la llegada de la primavera para dar rienda suelta a las emociones y justificar ciertos sentimientos…

Me duelen las pestañas que hasta hace días permanecían constantemente teñidas de color negro azabache… y hoy no son capaces de aguantar esa sutil mezcla un rato largo… cosas de la primavera…. Cosas de la inconstancia que me mece de un lado al otro de este cuarto, de este hogar, de esta milimétrica ciudad….
Pediré donde haga falta que me cambien el rumbo, o el destino, si es que existe de verdad, porque a mí no me gusta esta direccionalidad intrínsecamente asignada a mi absurda fisiología…

Apareces una vez tras otra en ese absurdo trozo de ciudad verde que me distrae mientras intento pegar mi nariz a unas cuantas hojas mal escritas de un libro hasta hoy virgen… y me he erguido, he andado dos pasos para llegar a ti pero… malditos espejismos… me siguieron desde Túnez para implantarse en esta ciudad, y hoy más que nunca no me quieren abandonar…

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