miércoles, 19 de agosto de 2009

agosto dos mil nueve

Pasamos gran parte de nuestro tiempo evaluando alternativas, asignando a cada oportunidad un cáliz contingente con nuestro contexto personal; actuamos como máquinas de tal manera que no somos capaces de percibir esos pequeños detalles que adornan las oportunidades, esos pequeños detalles capaces de generar en lo más profundo de nosotros un movimiento de acción cuya repercusión más simple se sinonima con sentimientos, el más puro; el de la seguridad, acompañado de unas inseparables e impredecibles ganas de "dejarse llevar" que nos vuelven realmente vulnerables a la vista de los demás y activan el modo stand-by al procesador que hace que actuemos como máquinas...

Y es en ese momento en el que ese procesador pasa a un segundo plano, cuando por fin, consigues sentirte más vivo que nunca, más frágil que antes, pero sí, más vivo que nunca...

2 comentarios:

Manu dijo...

aibaaa, no lo había leido entero :$

En la vida no solo no hay que evaluar las posibilidades sino que cuantas más decisiones tomes por impulso, menos te podrás arrepentir de los posibles resultados...
hay que disfrutar de cada decisión, de cada impulso... yo creo que no te hace más frágil, te hace, al contrario, más fuerte, más imprevisible, más uno mismo...

Salud! =)

Unknown dijo...

"Justo en el momento en que todo se vuelve mecánico , rutinario , monótono, justo en el instante en el que los días transcurren sin sentirlos puede llegar y llega , una canción , una persona , un olor , una caricia que te saca del laberinto invisible en el que estabas."

Flipando martita con tu blog.