martes, 19 de enero de 2010

atracciones

Entonces me di cuenta de que no era capaz de dejar de mirarle la entrepierna...

Apenas nos conocíamos, un par de cigarros, unas risas baratas en el bar del centro y olor a tabaco en el pelo...

Pero seguía sin poder quitar ojo a su entrepierna...

Las siguientes tardes las pasé entre cervezas y sus manos, también me gustaban sus manos...sus dedos... sus manos... las tenía grandes y fuertes...

Cuando llegué a casa me di cuenta de que ni siquiera sabía de qué color eran sus ojos o si tenía algún lunar adornando su mejilla...

Él tampoco sabía mucho sobre mí, pero intuía que usaba una 90 de pecho...

2 comentarios:

Anónimo dijo...

cachonda :)
etudia etudia
qe me tienes qe ilustrar :)

Cap. Manu dijo...

lo de los cigarros y el olor a tacabo se va a acabar dentro de unos meses xD