lunes, 14 de diciembre de 2009

la huida

Supongo que todos, en un momento de nuestra vida, nos da por huir, por acelerar el paso para escapar de algo, una situación, una aventura, una relación... algo que se ha convertido en una enredadera que te ata pies y manos y no hay peor sensación que la de estar atados a pies y manos, pues supone falta de libertad, algo que entra en la definición de ser humano como tal...

Y es inevitable en esa huida no sentir un ritmo acelerado en el corazón y las manos tiemblan pero se agarran firmemente a cualquier cosa que le asegure que el vuelo iniciado va por la dirección correcta, por el buen camino, que sigues una trayectoria con sentido opuesto al que llevabas anteriormente... eso sirve de refuerzo positivo y anima a seguir en ese viaje con destino incierto.

Y en esa sensación de aceleración surge un efecto asombroso, la necesidad de seguir adelante, como cuando tienes una pesadilla por la noche y no quieres despertar, porque necesitas saber cómo va a acabar todo. Los niveles de adrenalina se han disparado y necesitas que esa aceleración intrínseca siga empujándote, no quieres frenar, no quieres detener el vuelo...

Inevitable también es echar la vista atrás, porque en este nuevo viaje también hay tiempo para pensar y recordar... y surgirán recuerdos malos que animarán a seguir huyendo pero surgirán recuerdos que hagan que nos planteemos volver de nuevo, que es inevitable no sentir añoranza, nostalgia por lo que tuviste... de pronto una lágrima humedece la mejilla izquierda pero se detiene antes de llegar a la comisura de los labios, el pómulo la detuvo, ese gesto imitando a la sonrisa que se quedó en mueca helada, congelada, pero al fin ríes y piensas "joder, no estuvo tan mal, ¿eh?" pero algo dentro de ti te anima a continuar en la nueva dirección, y ruega que no te detengas, que ahora no, porque en estos momentos es precisa la huida... Cierras los ojos y dices: "esta vez, sí" y corres como si las calles se fueran a quedar pequeñas, como si las avenidas no fuesen suficientemente extensas para dejarte exhausto...

Y suele ocurrir muchas veces que es en esa huida, donde nos encontramos con nosotros mismos...

1 comentario:

Cap. Manu dijo...

si huyes, no te vayas muy lejos... por favor